Suena bastante llamativo, desde mi punto de vista, tener que hablar de “respeto”, “tiempo”, “libertad” en torno a los nacimientos. Sin dudas, palabras como estas deberían ir indefectiblemente de la mano cuando se habla de partos o de nacer.

Sin embargo, dada las características de la evolución en tecnología, ciencia y medicina, hoy por hoy los partos han perdido esas cualidades innegables que le eran propias desde antaño, desde que la humanidad es humanidad…

Parir es un acto que la naturaleza viene practicando desde hace incontables años, el cuerpo de una mujer tiene, anatómica y funcionalmente, todo lo que la naturaleza humana necesita para gestar  y dar vida… Pero la humana insistencia de controlar todo, de racionalizar, de manipular, ha llevado a dificultar este armónico proceso, poniendo en manos de la ciencia, algo que es innatamente natural, privado y personal.

Por supuesto que los avances tecnológicos y en salud han salvado la vida de muchas mujeres y niños, pero eso es otra cuestión… no se trata de lo que se hace cuando se debe hacer, se trata de eso que no debe hacerse cuando no innecesario hacer. Juego de palabras paradójico, pero palpablemente visible.

Me pregunto ¿cuándo fue el momento en el que las mujeres empezamos a dudar de nuestras propias capacidades maternales?, ¿dónde quedó el saber ancestral y lo innato de cada mujer? ¿en qué momento lo privado pasó a manos públicas? ¿Cuándo fue que nacer (un acto natural) se convirtió en un negocio de pocos donde se manipula mucho?...

Dado que estas preguntas son comunes y compartidas, desde hace algunos años se vienen gestando movimientos que buscan impulsar espacios para re-pensarnos como mujeres, hombres, familias… espacios para replantearnos el lugar de la mujer gestante, el sistema de salud, los nacimientos y todo aquello que los atraviesa condicionándolos y redireccionándolos.

Tal es así que de un tiempo a esta parte todos los años se conmemora la SEMANA MUNDIAL POR UN PARTO RESPETADO, cada nuevo año un lema diferente funciona como eje de análisis, para que desde cada lugar y de forma particular, repensemos entre todos generando cambios a nivel macro y mundial; respetando la idiosincrasia de cada lugar, pero teniendo un objetivo en común: el respeto de la mujer que da a luz y del niño que nace.

Es una acción que impulsó hace 8 años la asociación llamada AFAR (Alliance Francophone pour l’accouchement respecté) en pos de generar un espacio de diálogo para promover los partos respetados. Hoy las acciones han trascendido a la asociación y han alcanzado una extensión impensada, pero altamente convocante.

Éste año el lema es: “El nacimiento y la economía”. A lo largo y a lo ancho del planeta, en la semana de 21 al 27 de Mayo se han programado diferentes actividades que buscan impulsar el pensamiento en red, las acciones en común, la crítica constructiva y las acciones directas, pero no por ello reaccionarias. Simplemente hacerse escuchar, sin levantar la voz… pero que se sienta.

Los grandes cambios no se dan por grandes estruendos donde gana el que más levanta más la voz, donde todo es confuso. Se dan donde todas las voces son escuchadas, las opiniones tenidas en cuenta y se llega a un consenso en pos del bienestar común y compartido; que en muchos casos tiene objetivos y realidades muy diferentes al sistema económico y tecnológico que se entremezcla con lo personal, lo privado, lo naturalmente emocional, fisiológico y vinculante.

Como sociedad, como profesionales, como parte de una comunidad, podemos participar activamente de estos hechos tan transcendentales, pero sin opacar, sin desacreditar, sin perder el foco. Busquemos ser sostén y no obstáculo.

Incluso hay aspectos legales que en muchos casos se desconocen, o simplemente la ley se guarda en un cajón, y cuando menos visible sea, tanto mejor.

Por caso en Argentina, está la Ley 25.929: “Derechos de padres e hijos durante el proceso de nacimiento”, promulgada el 25 de agosto de 2004, vigente desde el 21 de noviembre de 2004 en todo el territorio nacional, ley de la que muchos no conocen sus incumbencias y aplicaciones.

Retomando el tema de la Semana Mundial por un Parto Respetado, para éste año, desde la Red Latinoamericana y del Caribe por la Humanización del Parto y el Nacimiento (Relacaupan), se marcaron dos ejes de análisis:

-          ¿Desde qué parámetros se mide la salud?

-          ¿En qué invierten los gobiernos?

No se trata del cuestionamiento vacío a la participación del poder económico, sino más bien, de ver de qué forma está participación se realiza de maneras equitativas, que faciliten el acceso de todas y todos los ciudadanos a una óptima atención en salud, reduciendo costos innecesarios, y propiciando la inversión adecuada que garantice el acceso y la calidad en salud para toda la comunidad.

Es llamativo que, en muchos casos  los partos han pasado a ser cosa pública o  llanamente cuestión de dinero. El mundo avanza, y la vorágine no deja de llevar consigo grandes cambios, donde el foco de atención cambia permanentemente. En el camino, en el mientras tanto, muchos quedan por fuera, muchas necesidades no son atendidas, muchas voces no son escuchadas, acá se cuela algo muy peligroso para cualquier comunidad: la inequidad y la injusticia social.

Los partos no son un negocio, no debieran serlo… En un parto hay factores  que son altamente importantes y que marcan una gran diferencia. Amor, entrega, reconocimiento, corazones latiendo en sintonía, la voz de mamá, el cuerpo de mamá… ¡estoy hablando de vínculo, tiempo, respeto y protagonismo!.

Mamá y bebé necesitan tener la seguridad de que podrán llevar adelante todo esto juntos, entrando en danza con los demás actores en la obra de dar a luz y de nacer. Pero serán ellos la prioridad, serán ellos los que sabrán qué hacer y cómo hacerlo… con intimidad, sin relojes, con respeto, con contención física, emocional y saludable.

Mamá dejará ser a la naturaleza interior, bebé se abrirá paso… para que por fin, cuando estén frente a frente en éste lado del mundo, cuando se miren, se sientan, se experimenten mutuamente, sepan que ellos fueron los escritores de sus propias páginas de la vida y no que fueron arrastrados por un sistema que sabe mucho de números y ganancias, pero muy poco de necesidades vitalmente emocionales y físicamente innegables.

 

Lic. María del C. González Grané

Maternidad Plena

Centro de Preparación Integral para la Maternidad y Crianza

www.maternidadplena.com.ar 

 

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